Por. José A. Montoya…
El triunfo o la caída - He aprendido al pasar de las décadas sobre cómo levantarse de una caída social o frustración sentimental social, el 80 % de los casos de las frustraciones o las depresiones son problemas ambulatorios cotidianos, porque en cada tramo de nuestro andar por la existencia “Vida” se nos pegan algunas malas influencias ambulatorias, igual se pegan las malas acciones de los desafectos contra los triunfadores esos envidiosos de carrera, ahora, existe claro el deprimido por orgullo, se trata de aquél que no sabe como realmente volverse a levantar de una caída social, laboral, o de fama, sólo espera que lo llamen porque considera que todavía es necesario para poner condiciones, señores, ese es el peor de todos los problemas ambulatorios depresivos de un caído, ese problema es precisamente el que se queda enclaustrado en el orgullo y la prepotencia, ¡Ese! no tiene remedio alguno sino reacciona, pero será para aquél que jamás dará su brazo a torcer, sin jamás convencerse de que existen maneras de resurgir sin dañar el orgullo propio, a eso se le llama, “El que supo realizarse sin el contrato del empleador” recordemos que un contrato de trabajo no es un contrato de sociedad…