domingo, 10 de diciembre de 2017

Así me lo dijo Dios la voz del señor en mi propia conciencia cómo salvarnos

Así me lo dijo Dios, la voz del señor en mi propia conciencia, cómo salvarnos

Por. José Montoya

Religión - Para ser salvados y vivir felices hay que primero aprender a interpretar las escrituras que nos enseñan a escuchar la voz de Dios en nuestra propia conciencia. Comenzaré. La revista LOFF Internacional la cuál se edita en 11 idiomas en el Mundo, en uno de sus artículos de 8 páginas en el año 2003 sobre mí persona, dijo “hemos indagado por toda Miami sobre José Montoya, y hemos conocido que se trata de un hombre “tan odiado cómo amado”, el resultado de eso concluyó en preguntas que me hacen aquellos que me conocen y leyeron el artículo, incluso hasta en Cuba lo leyeron, me preguntan ¿Cómo es eso de odiado?  les he respondido “Qué esperas de los hipócritas y fariseos” sí, esos que el mismo Jesús Cristo expulsó del templo, creo que no fue por gusto su presencia allí, “Los mercaderes de la mentira y de la avaricia irrumpen por doquier” siempre se tratará de la cruzada de la desinformación, porque simplemente tienen que parar al que predica la verdad, es su reto, y así precisamente ocurrió con Jesús Cristo, ¿Quiénes fueron los que le condenaron al martirio y lo enviaron a la cruz?  no fue el pobre ni el gueto, sino precisamente los más influyentes de la época en la fe, los ancianos, esos mismos llamados “los sabios expulsados del templo” y no consideren señores de que yo soy un evangelista ni que pertenezco a un credo cristiano, no, yo no sigo a hipócritas y Fariseos, recuerden, que los que eran adorados y considerados más cercanos a Dios precisamente eran los que ocupaban el templo creídos de que se trataban de aquellos cercanos a A Dios dotados de una bendición divina capaz de interpretar la palabra del señor, y si usted es creyente en los mandamientos y la palabra de Cristo, está cometiendo un pecado si cree en los mercaderes hipócritas y Fariseos que ocupan los templos que no pertenecen a Dios sino al hombre, el verdadero templo es aquél que se improvisa en el hogar para la evangelización, porque Jesús mandó a sus fieles a pescar hombres y no ha construir templos, el adoraba a Dios incluso en ayuno, en el desierto, con sed y hambre, sin opulencia ni riquezas.



El hombre, en su inmensa y desesperada búsqueda de soluciones imposibles en su existencia y en encarnación, que en muchos casos se trata del resultado del engaño de imposiciones paganas de los hombres sobre el hombre en sus cacareadas reuniones celestinas de la mentira y la realidad, y que terminan al final en un voto, una condena o una firma que en la mayoría de los casos se trata de una ley culta o legal del hombre que desespera y conlleva a tomar desiciones fatales e incluso inmorales en algunos, esos que en muchos casos más allá de buscar sobrevivir caen en la opulencia de la riqueza incauta criminal que es cómo el vino dulce que emborracha y deleita a la vez.  En esa desesperada búsqueda, unos desahuciados, otros fracasados, otros pecadores, y otros desesperados buscan soluciones en el más allá, en lo desconocido, en las prédicas, en los absurdo incluso, y en el camino espiritual equivocado dónde en la mayoría de los casos caen en las redes de los influyentes espirituales o farsantes que han sabido utilizar los poderes de la influencia para convertirse en poderosos de la mentira y que hacen de los arrepentidos aún más infelices y sujetos sólo a una esperanza que nunca llega, y si llega alguna vez es porque el propio hombre que la logró de por sí sus esfuerzos  y no por la mala interpretación de la fe, La palabra de Dios interpretada en miles de formas nos enseña, pero en muchos equivocadamente, por eso, yo jamás creo en aquellos que se hacen eco de la palabra de un falso profeta o líder religioso cuando aquella palabra viene de su propia prédica de intereses paganos y jamás de la verdadera palabra divina y sagrada sobre todas las palabras de fe, “La voz de Dios” esa que nos habla desde nuestra conciencia, es allí dónde vive Dios, porque somos hechos a su semejanza y sólo el hombre debe de conocer “Cómo poder hablar con Dios interpretando su enseñanza en nuestra conciencia, ya que el hombre nace inocente y educado su espíritu por el señor y el cuál es bifurcado y desviado por los falsos profetas en todas las épocas y todas las dimensiones divinas dónde Dios a puesto a un ser racional cómo prueba divina de su existencia en su semejanza material.  “Sólo existen hombres que enseñan al hombre a escuchar la voz de Dios en su propia conciencia, y no hombres con poderes sobre los hombres, a no ser aquellos dotados por Dios en su humildad de cordero entre sus legiones encarnadas para que seas salvado por sus enseñanzas y cómo guía desde tu propia conciencia.  

Así me lo dijo Dios, la voz del señor desde mi propia conciencia. José A. Montoya. 

Tomado de Obaife Teve

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